Entrenando... o eso parecía [Libre]

Temprano en la mañana, o debería decir más bien madrugada, una llamada de alerta nos había hecho salir a Alec, Izzy y yo hasta las calles de Nueva York a acabar con algunas amenazas demoniacas que comenzaban a quitar la paz de la gran ciudad. Debía admitir que me encantaba hacerlo, salir, pelear, ensuciarse, rasgar unos cuantos cuellos, cuchillos seráficos, runas... todo en esos momentos era simplemente increíble.
La expresión del rostro de Clary antes de vernos salir me había hecho reír un poco, pues aún no había terminado su formación para ser una nefilim como siempre debió serlo, y por ello tenía que quedarse en el Instituto buscando con qué entretenerse, aunque estaba seguro que lo encontraría, si no es que se metía en problemas... después de todo seguía siendo Clary.

Luego de unas cortas horas, habíamos acabado con nuestra labor. Alec e Izzy habían decidido pasar a comer algo, pero yo había preferido ir de vuelta al Instituto a cambiarme de ropa, aún no entendía la forma en que Izzy lograba hacer lo mismo que Alec y yo pero sin ensuciarse ni un cabello. Me tomó poco tiempo volver y darme una ducha rápida, colocándome una camisa azul y unos jean, aún tenía marcadas sobre mí algunas runas que me daban agilidad y rápidez con mis pies, al mismo tiempo que el ser sigiloso.

-¿Clary?- La llamé esperando escuchar alguna señal suya, pero nada respondió a mi llamado, así que comenzé a caminar abriendo las puertas que se cruzaban en mi camino, esperando encontrarla.

Seguí caminando abriendo todas las puertas que iban pasando a mi alrededor. Me encontré unos momentos en la biblioteca pero antes que a mi mente acudieran algunos recuerdos que prefería mantener lejos de mi mente, di media vuelta cerrando la puerta detrás de mí.

Creí escuchar ruidos provenientes de la Sala de Armas, así que dejé que mis pies me guiaran a paso ligero hasta allí. Y luego la voz de Clary. Caminé más apresuradamente, parecía haber sonado más bien a un quejido, y Clary en la Sala de Armas... sin compañía alguna no suponí aun mejor panorama. En pocos segundos estuve allí, abrí la puerta ví la sombra de su silueta junto a la ventana. -¿Clary?- La llamé mientras me acercaba más a ella, viéndola con el dedo en la boca, hasta que un pequeño brillante sobre la mesa cercana a ella me hizo detenerme y tomarlo. -No es necesario que te hagas daño para que yo venga a tu encuentro- Le dije bromeando mientras con un ágil movimiento de muñeca hacia que la daga diera vueltas en mi mano limpiándola.

Sonreí con diversión al notar la forma en la que Clary me miraba, y aún más cuando pareció darse cuenta de ello; pero más que diversión la forma en la que Clary me miraba me producía algo más que probablemente no diría en voz alta. Reí un poco al ver su expresión de fastidio mientras caminaba acercándose a mi, buscando algo que me tomó segundos en entedender, la estela. Metió sus manos entre los bolsillos de mis pantalones, y al no encontrarlo buscó en los traseros y sin poderlo evitar una sonora carcajada salió de mi boca.

-Ay Clary, primero te cortas para que venga a verte y ahora me manoseas...- Reí aún más viendo como trazaba la runa de curación sobre ella misma. -Sabes que puedes tener mucho más de mí si sólo lo pides, y con eso te ahorras algo de dolor- Dije divertido mientras tomaba la estela y la devolvia a su lugar entre mis pantalones, aunque pensándolo bien eso había sonado algo extraño... -¿Sabes que? Mejor olvida eso. ¿Qué hacías aquí?- Pregunté dando un beso en su frente.